sexta-feira, 14 de março de 2008

Cinco poemas al caminante que camina en mí

CINCO POEMAS AL CAMINANTE
QUE CAMINA EN MI
(Cris Sousil - Jan’06)

I
Tengo tu olor
Y tu gusto
Y tus palabras
Y tus ojos
Y todas las fotos
Que te sacaron mis ojos
Tengo algunos de tus secretos
Algunos de tus misterios
Algunos de tus miedos
Un poco del alma
De este caminante
Tenés de mi
Mis ganas más grandes
Mis conturbados pensamientos
El insensato deseo
Mi sumiso permiso
Mucho del alma
De esta caminante
Que no quiso quererte
Pero ya te quiere
Ya te quiere.

II
El Obelisco te lo trajo a mi
cruce de recorridos
dos incansables caminantes
innegable riesgo
y el Obelisco
y Buenos Aires
Mi Buenos Aires
Ya antes tan querida
Me abría una larga sonrisa
Y en esta sonrisa
Lucias vos
Tantas palabras, ahora alcanzables
Tantas imagines, ahora palpables
Tanto de vos en mí
Tanto de mí para vos
Y las miradas al fin
Se reposaban una en la otra
Corrientes, Recoleta, San Telmo
La ciudad distinta se agitaba
En tu compañía
Miradas, sonrisas, palabras
Dos vasos de cerveza
Dos vasos de ¨cuba libre¨
El rock sonaba
Mientras yo decía
¨ No creo en este momento ¨
Vos tampoco creías
Me preguntaste si los sentimientos
Todavía existían
(por supuesto existían)
¿Y quien besó quien?
No importa
Importa la multiplicación
La boca en la boca
Las salivas
Las lenguas
Los dientes
Importa el paseo de las manos
Y los cuerpos que ardían
Y más importa
Tu corazón que por mi latía
Y tu alma
Que en aquel instante
Pertenecía a la mía.

III
Y danzaba la madrugada
Mientras deteníamos el momento
Parara sentirnos enteros
En un abrazo
Buenos Aires todavía sonreía
Bendecía el encuentro
Prestándonos su dulce magia
No quise dejarte dormir
Quise escucharte más
Quise que me escucharas más
Quise verte más
Quise que me vieras un poco más
Quise beber la vida en vos
Y ofrecerte mi fuente
Quise tus toques
Y tu boca
Quise tu concreto
Tu olor mezclado a cigarrillo
(¿Cuántos? ¿Dieciocho?
Quise fotografiarte con mis ojos
Penetrarte con mis ojos
Y leer los códigos en los tuyos
Hasta dejarte desnudo
Hasta que o resistiera ningún secreto
Hasta ahogarme en tu océano oscuro
Quise entregarme sin miedos
Sin importarme con el fin
Y fui tan tuya
Que de tan tuya
Temo no volver a mí
Tan tuya, tuya
Que de tan tuya
Temo
Sin la luz de tu presencia
No ser más entera
No volver a mí.

IV
Las fotografías que te hice
Llenan las hojas ahora
Cinco nuevos poemas
Como los de Cortazar para Cris
Con este sentimiento
Que explota adentro
Que se derraman por las hojas
Antes sin vida
Por favor, permítame
Más cinco poemas, permita
Y al fin los últimos cinco
Tal Cortazar para Cris
Lastima que nunca fui tu Cris
Y no supiste ser mi Cortazar
Al final ¿por qué Cortazar
invadió nuestra poesía”
¿Será porque la leía
cuando te acercaste?
¿o porque caminamos,
manos pegadas,
por la ciudad que lo inspiró?
(y nos inspiró)
¡Ya Cortazar! ¡Quiero saber de vos!
De tu mar
Claro en la superficie
Negro en el profundo
¿Serás realmente negro
o negros son tus miedos?
Y si me ahogo en él
¿me dejas o me salvas?
Veo un poco más de las fotografías
Que te hicieron mis ojos
Tu hambre
El sudor en tu rostro
Tus ojos pequeños
Tu piel blanca
Tus cejas finas
Tu boca... ah tu boca...
Veo tu compañía somnolienta
Cómplice de la mía
Veo la entrega al sueño
Mi cabeza en tu pecho
Escucho tus soplos
Y siento tu olor que no sale de mí
No sale de mí
Vos no salís de mí
No salgas de mí.

V
Amaneció el día
Yo estuve dormida
Sobre tu pecho
Entre tus brazos
Dentro de tu vida
................................
Con tu cara de sueño
Pelos desordenados
Ojos pequeños pequeños
Me besaste
Y brindaste nuestra primera despedida
Enseguida,
Con tu cara de sueño
Pelos desordenados
Ojos pequeños pequeños
Me llamaste
Caminaste hacía mí
Preguntaste alguna tontería
Me besaste
Brindando nuestra segunda despedida
Pero te olvidaste de ir
¿o me engañaste?
No te fuiste de mí
Y yo ¿ya me fui de ahí?

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